En los últimos años hemos sido testigos de disminuciones en el abastecimiento de agua para ciudades durante estiajes que se han caracterizado por sequías. Especial atención se ha dado a la Ciudad de México, debido a la reducción del caudal proveniente del Sistema Cutzamala, lo que ha obligado a reforzar sistemas de bombeo de aguas subterráneas.
El cambio climático y el crecimiento de la población son dos disparadores que conducirán en el futuro a escenarios extremos si no se toman las medidas necesarias para evitar una crisis en el abastecimiento de agua. Las sequías serán más severas y la tendencia de la población a concentrarse en ciudades hará más difícil atender las demandas de agua. Se requerirá de más infraestructura, mejor administración del agua y mayor responsabilidad de la población para el cuidado del recurso.
El abastecimiento de agua es necesario porque incide en la salud y el bienestar de la población, condiciones que lo convierten en un asunto de seguridad nacional; toma relevancia porque se ha elevado a rango constitucional el derecho al agua y porque los Objetivos de Desarrollo Sostenible destacan la importancia del agua limpia y saneamiento.